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¿Convendría desarrollar una Inteligencia Tecnosocial?

Creo que el título interrogante de este post merece un estudio para ser respondido. El autor de este blog lleva tiempo argumentando sobre el hecho de que en esta era digital que vivimos “las actividades humanas se desenvuelven en un entorno muy complejo y tan supeditado a la infotecnología, que ya no es simplemente social, sino profundamente tecnosocial. Por tanto, hay que dotar a algunas especialidades tecnocientíficas de conocimientos sociotécnicos y humanistas que pudieran constituir unas convenientes bases socioinfotecnoculturales”.

Una sociedad progresivamente transformada en tecnosociedad

El Nuevo Entorno Tecnosocial generado por la poderosa infotecnología  tiende a convertir a la sociedad tradicional en una tecnosociedad cambiando sus formas sociales, por ejemplo, las formas de hacer periodismo, las formas de comprar y vender, ciertas formas de producir, las formas de distribuir música, las de publicar, las de gestionar, las de educar, las de hacer política, las de informarse, las de delinquir, etc., y por consiguiente las organizaciones humanas que las sustentan. Una porción creciente de los humanos en países desarrollados actúan y “viven” cada vez más tiempo en el revolucionario espacio informacional, y por tanto tecnosocial, que definí como ´infociudad´ en mi ponencia Ya portamos en nosotros los terminales de la infociudad, Congreso Internacional sobre “Cultura Digital y Ciudadanía”, Universidad Autónoma de Madrid, 15-19 de noviembre de  2004: «El espacio informacional donde los humanos de sociedades desarrolladas, mediante terminales con botones, teclas, pantallas, contraseñas e identificadores varios, se comunican y realizan una parte creciente de sus actividades habituales y otras muchas nuevas, convertidas en señales, símbolos, lenguajes y procesos inmateriales, soportados por una potente infraestructura tecnológica de arquitectura reticular».

Es inevitable que las transformaciones sociales producidas tecnológicamente generen conflictos con las formas sociales vigentes y con sus partidarios, intensificadas en el caso de lo que llaman nuevas tecnologías (infotecnologías primordialmente digitales) por las brechas digitales entre personas. “Aunque la historia ha demostrado sobradamente que oponerse frontalmente a las fuerzas de innovación tecnológica no es una estrategia ganadora, también ha demostrado que lo normal es que numerosas organizaciones humanas y personas, ancladas por sus conocimientos y experiencia en formas declinantes y posiblemente sustituibles, tiendan a resistirse, o que se produzcan conflictos en zonas de cambios todavía mal definidos o de pérdida de ciertos privilegios y poderes de control consolidados”.

Mi respuesta  a la pregunta que titula este post es afirmativa, basándome en mis lecturas, reflexiones y  publicaciones, pero tengo que reconocer que no soy un experto en cuestiones de inteligencia, aunque sí un aficionado lector de libros sobre este tema en particular y sobre la psicología en general. En el programa de la asignatura Ingeniería del Software de mi Escuela ETSIT, UPM, con el objetivo de formar a los alumnos para la dirección, gestión y realización de proyectos de software, introduje unas cuantas horas lectivas dedicadas a los Factores económicos y humanos, escribiendo además una Notas de clase en cuya última revisión, junio 2000, colgada en mi página web, junio 2000, puede verse que en la segunda parte titulada El factor humano (peopleware) se explican Nuevos conceptos de inteligencia y una Visión multidimensional de la inteligencia (la propuesta de Howard Gardner, profesor e investigador en psicología de la Universidad de Harvard), llamada de “Inteligencias múltiples”, compuesta en principio por 7 variedades que, subdivididas después en diversas habilidades, extienden esa multidimensionalidad a 20 clases de inteligencia. Dos de las variedades eran la inteligencia intrapersonal, que posteriormente se denominó “inteligencia emocional”, y la inteligencia interpersonal, bautizada más tarde como “inteligencia social”.

En mi conferencia en el seminario “La ingeniería ante las Ciencias Sociales y las Humanidades, 12-13 dic. 2007, titulada Necesitamos ingenieros sociotécnicos  aludí a mis actividades casi solitarias de investigación en el campo de la sociotecnología de la información citando un apartado de mi página web personal, en donde se define esa clase de sociotecnología de una forma activa, “como un enfoque nuevo destinado a integrar en el discurso y en la práctica de la técnica elementos de la psicología, de la sociología, de la economía, de la filosofía, de la teoría de sistemas, etc. Es un enfoque de la tecnología esencialmente centrado en el usuario”. Además, refiriéndome al hecho de que “las necesidades sociales relativas a las profesiones relacionadas con la infotecnología en un mundo hipercambiante, reticular y globalizado no han sido implementadas en la actual formación de nuestros ingenieros, hablé también  de “visión integrada” o “de integrar elementos de la psicología, de la sociología, etcétera, en el discurso y en la práctica de la técnica”. Esta conferencia constituía un refuerzo de mi artículo titulado “Futuros Ingenieros híbridos” publicado en el número 144, abril 2004, de BIT, la revista oficial del Colegio de Ingenieros de Telecomunicación, en el que propuse un nuevo perfil o titulación de ingenieros (tal vez habría que decir infoingenieros, porque sólo se refiere a la infotecnología). Se resaltaba en ese artículo que “los problemas que un ingeniero actual tiene que afrontar, debido a la complejidad creciente del entorno, son, o pueden ser, al mismo tiempo o separadamente, de índole técnica, politécnica y sociotécnica, y estos últimos se caracterizan porque  “a las dimensiones técnicas propias de las categorías anteriores se suman (no linealmente) las múltiples y más complejas de factores humanos y sociales, que requieren ingenieros híbridos”.

Sobre propuestas de distintos tipos de inteligencia

En 2006 me decidí a publicar una hipótesis sobre mi convicción de que el uso intensivo en los niños actuales de diversos instrumentos digitales tenía que estar formando en su mente un nuevo tipo de inteligencia, proceso al que denominé noomorfosis digital . Recientemente me he permitido definir en qué consistiría ese tipo de inteligencia digital , algo que está explicado con detalle en el capítulo Evolución humana: entorno-cerebro-inteligencia-tecnología  de mi libro Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial Fundetel, 2011. Está claro que También nuestra mente se adapta al Nuevo Entorno Tecnosocial  y que hay infotecnologías que están afectando a nuestros cerebros.  “Quienes usan ya habitualmente la infotecnología, a la que en su expresión máxima de tejido instrumental envolvente llamo la Red Universal Digital o alguna porción cotidiana de ella, entran en una esfera nueva y muy compleja, donde las nociones de tiempo, espacio, identidad, poder operativo, sentido de la acción, comunicación, inteligencia, concepto de realidad, relaciones sociales, privacidad, relaciones con el mundo material, movilidad, el concepto de yo, etc., son diferentes o muy diferentes”.

En cuanto a la inteligencia social, antes citada, he leído dos libros con ese título, uno de D. Goleman, famoso por sus libros sobre inteligencia emocional y el otro de K. Albrecht, Inteligencia Social, Ed. Vergara, 2006). En la página 27 y refiriéndose a situaciones sociales de trabajo, Albrecht expresa una esquemática definición de Inteligencia Social (IS) como “la capacidad para llevarse bien con los demás y conseguir que cooperen con vosotros”. Del mismo capítulo, titulado Una manera distinta de ser “listo”, donde aparece esta definición, extracto a continuación unos párrafos que tienen que ver con algunos de los argumentos arriba recogidos de mi artículo-conferencia Necesitamos ingenieros sociotécnicos. En su página 50 expone que los especialistas técnicos configuran las elecciones de la vida de los ciudadanos y “toman decisiones trascendentales sobre el modo en que la tecnología encaja –o deja de encajar- en las manos de los seres humanos. Necesitamos comprenderles e idear maneras de integrarlos con éxito en las estructuras sociales de nuestro mundo”; En la página 51: “En los casos extremos hay especialistas con limitada consciencia y comprensión de los contextos sociales y las motivaciones ajenas”; En la 52: “Muchos estudiantes con inclinaciones técnicas o intelectuales eligen carreras de ingeniería o campos de orientación tecnológica porque se ven trabajando con cosas mejor que con otras personas; en el peor de los casos esperan trabajar con otras personas parecidas a ellos”.  

Daniel Goleman ha publicado en 2009 otro libro, titulado Inteligencia  ecológica, Ed. Kairós, sobre una nueva clase de inteligencia, referida en la página 61 a “la capacidad de aprender de la experiencia y de tratar adecuadamente a nuestro entorno, mientras que el término ecológico connota la comprensión de la relación existente entre los organismos y sus ecosistemas. La expresión “inteligencia ecológica” ilustra a la perfección la capacidad de aplicar nuestro conocimiento  de los efectos de la actividad humana para hacer el menor daño posible a los ecosistemas y vivir de un modo sostenible en nuestro nicho ecológico, que, en el momento actual, abarca la totalidad del planeta”. En la página 67 expone el siguiente argumento interesante, que encaja con mi criterio para desarrollar profesionalmente una inteligencia tecnosocial entre expertos sociotécnicos y de forma más sencilla entre infociudadanos en el marco del Nuevo Entorno Tecnosocial: “Las capacidades  ecológicas que necesitamos en el mundo actual representan una forma de inteligencia colectiva que se asienta en redes amplias de personas y que sólo podemos aprender y dominar como especie. Los retos a los que hoy nos enfrentamos son demasiado diversos, sutiles y complejos como para ser entendidos y resueltos por una sola persona. Por ello su reconocimiento y solución exigen la colaboración y el esfuerzo de un número amplio y diverso de expertos, empresarios y activistas…; en suma, de todos nosotros”. 

¿Una novedad: el concepto de inteligencia tecnosocial?

Quizá sea ésta una categoría o tipo de inteligencia como el que yo estoy proponiendo, que no forma parte de las inteligencias potenciales en el humano, según la teoría de H. Gardner, sino que se preparan con formación y entrenamientos definidos para adaptarse a nuevos procesos evolutivos. Finalmente, los ingenieros sociotécnicos, formados en áreas de conocimientos y cultura STIC habrían desarrollado un repertorio de capacidades que podríamos denominar inteligencia tecnosocial. En el mundo de los negocios y de la infotecnología ya se usa el término ´inteligencia´ con un enfoque o significación pragmática poco científica, BI (Business Intelligence) o inteligencia empresarial, entendida como una “habilidad para transformar los datos en información, y la información en conocimiento, de forma que se pueda optimizar el proceso de toma de decisiones en los negocios”.

Mientras que la inteligencia digital es producto natural y nuevo del uso intensivo de los instrumentos multifuncionales infotecnológicos desde la infancia en nuestra era digital y otras inteligencias forman parte del conjunto potencial de la mente humana,  la inteligencia tecnosocial que aquí imaginamos,  sería, a semejanza de la inteligencia ecológica, una faceta desarrollable mediante estudios, enfoques y argumentos publicables y experiencias para adaptarse y gestionar (si es el caso) las actividades de la tecnosociedad. La diferencia con esa inteligencia reside en que la tecnología no constituye un entorno natural ya existente sino artificial, que llamamos Nuevo Entorno Tecnosocial. Por tanto, la inteligencia tecnosocial debería orientarse en un sentido contrario: en vez de aplicar conocimientos sobre los efectos de la actividad humana para hacer el menor daño posible a los ecosistemas se aplicarían para sacar el mejor partido de los infosistemas, pero en este caso para evitar sus posibles efectos negativos en la vida y relaciones humanas personales y sociales.

Otro detalle conceptual que podría apoyar la propuesta de una inteligencia tecnosocial desarrollable mediante estudios, experiencias y demás lo recojo de un texto de J. A. Marina, filósofo conocido, quien en un artículo titulado La filosofía nos ayuda a vivir, revista Muy Historia, mayo 2011, escribe que “la inteligencia individual, considerada como facultad personal, se desarrolla siempre en un entorno social, que la deprime o impulsa. Nuestra inteligencia personal es fruto de la cultura”. Para esa cultura nosotros enfocamos la vertiente progresivamente tecnosocial del entorno social. Pienso, por tanto, que las bases de planteamiento y desarrollo de una Sociotecnología de la Información y Cultura (STIC) expuestas en mi último libro Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial, en las que los infoingenieros sociotécnicos o híbridos desempeñaría un rol importante, conducirían a la formación en ellos de esta clase de Inteligencia Tecnosocial cada día más necesaria.  En cuanto a mi propuesta de formar a estos ingenieros sociotécnicos en las áreas de infotecnología cuyos productos y aplicaciones tengan un eminente alcance social, en la sección 2.4.2 de este libro expuse que habrían de complementarse con saberes básicos sobre complejidad, incluyendo la complejidad sociotécnica, y con cierta formación interdisciplinar o algo multidisciplinar, según la orientación y el nivel elegidos de conocimientos sociales. Otra vertiente que sería necesaria en su preparación social sería la de una base de conocimientos psicológicos sobre los distintos tipos de la inteligencia humana, para que fueran conscientes del papel psicológico y funcional de sus saberes, constituyentes de una categoría de inteligencia novedosa y útil en una tecnosociedad cada día más amplia.

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